Lugares de interés | Cillaperlata

Iglesia parroquial de Cillaperlata

Localidad: Cillaperlata Existen dos tallas románicas. Una de ellas es la talla original de la imagen de la Virgen de Covadonga y la otra pertenece a la Virgen de Encinillas. Según se cuenta, unos monjes trasladaron una copia hasta la basílica asturiana. La otra talla pertenece a la Virgen de Encinillas, que antiguamente ocupó su lugar en la ermita del mismo nombre, hoy rodeada por un pinar, donde se dice que tuvo lugar la batalla del Negro Día, librada entre cristianos y musulmanes muchos siglos atrás.

Ermita de Nuestra Señora de Incinillas

Localidad: Cillaperlata

Ruinas del Monasterio de San Juan de la Hoz, s.VI

Localidad: Cillaperlata Entre la ermita y Cillaperlata, en un bucólico lugar en las faldas de La Llana, se levantó el monasterio de San Juan de Hoz. Sus ruinas atestiguan su enorme importancia durante la repoblación y los orígenes de Castilla.

Entorno Natural Privilegiado

Localidad: Cillaperlata En el atractivo recorrido por el norte de Burgos el Ebro riega las ierras de Cillaperlata. Antes de llegar a este histórico enclave y tranquilizar su curso en la amplia depresión de Tobalina, el río ha modelado el desfiladero de la Horadada al abrirse paso entre las Sierras de la Tesla y La LLana. Debido al interés natural de Cillaperlata, el municipio se ha incluido en el Espacio Natural de Montes Obarenes. En su privilegiado entorno natural la vegetación ribereña y los extensos pinares contrastan con las fincas, las huertas y los campos de frutales.

Cuevas

Localidad: Cillaperlata Sobre un peñón rocoso, junto al Ebro, se emplaza el núcleo de Cillaperlata. Dos cuevas ubicadas bajo su caserío han sido utilizadas como morada, eremitorio, lugar de reunión del concejo o cuadra a lo largo de la historia.

Necrópolis altomedieval

Localidad: Cillaperlata

Arquitectura tradicional

Localidad: Cillaperlata En Cillaperlata descubriremos un pequeño núcleo, que pese al paso del tiempo ha sabido mantener su auténtico y armonioso sabor que caracteriza a sus plazas, su fuente, su lavadero, su iglesia, sus blasones, sus casas tradicionales, sus coloridas huertas y rincones, que se unen a la belleza que solo el Ebro otorga a un lugar.